En una cumbre histórica celebrada en Riad el pasado sábado, los líderes de Irán y Arabia Saudita, dos países que han sido rivales en la región durante mucho tiempo, hicieron un llamado conjunto a un alto el fuego inmediato en Gaza y a la entrega incondicional de ayuda humanitaria al enclave. Esta reunión marca un hito en las relaciones entre ambos países, que restablecieron sus lazos diplomáticos este año después de años de hostilidad. El encuentro fue visto como una señal de acercamiento entre la monarquía sunita de Arabia Saudita y el gobierno chiita de Irán, y se produce en un momento en que Arabia Saudita e Israel también estaban explorando la posibilidad de normalizar sus relaciones.
El conflicto en Gaza se desencadenó después de los ataques de Hamas el 7 de octubre en el sur de Israel, en los que murieron aproximadamente 1.200 personas y se tomaron como rehenes a 240, según funcionarios israelíes. Desde entonces, Israel ha bombardeado Gaza con miles de ataques aéreos, ha sitiado el territorio cortando el suministro de agua, alimentos, combustible y otras necesidades básicas, y ha lanzado una invasión terrestre con la intención declarada de destruir a Hamas, que Israel y muchos otros países consideran una organización terrorista.
En la cumbre, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, criticó a la comunidad internacional por lo que consideró su silencio ante las violaciones cometidas contra los civiles en Gaza. Tanto Israel como Estados Unidos, su aliado más importante, se oponen a un alto el fuego por ahora, argumentando que solo permitiría que la rama militar de Hamas se reagrupe, aunque Israel ha acordado "pausas humanitarias" para permitir que las personas abandonen las zonas de combate.
Los participantes árabes y musulmanes en la cumbre pidieron un embargo de armas contra Israel y dijeron que la paz regional no se puede lograr sin resolver la cuestión palestina sobre la base de la solución de dos estados, un pilar fundamental de los esfuerzos diplomáticos en Oriente Medio. El príncipe Faisal bin Farhan, ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, afirmó que la presión de los países de la región sobre Israel está comenzando a dar resultados.
Desde el inicio de la guerra, las milicias respaldadas por Irán en Irak y Siria han llevado a cabo una serie de ataques con cohetes y drones contra las fuerzas estadounidenses en esos países. Hezbollah, el poderoso grupo miliciano respaldado por Irán en Líbano, también ha seguido intercambiando fuego con el ejército de Israel, lo que ha generado temores de un conflicto más amplio.
Las relaciones entre Hamas e Irán también han experimentado una evolución en los últimos años. Uno de los líderes del grupo en Gaza, Yahya Sinwar, restableció los lazos de Hamas con Irán, que se habían debilitado en 2012 cuando Hamas cerró su oficina en Siria, un aliado cercano de Irán, durante la guerra civil en ese país.
La cumbre también contó con la presencia del presidente de Siria, Bashar al-Assad, y del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas. La presencia de al-Assad, quien había sido marginado debido a las atrocidades cometidas en la guerra civil de Siria, consolida su regreso al escenario regional desde que se unió a una cumbre anual de líderes árabes en mayo por primera vez en 13 años.
En resumen, la cumbre entre Irán y Arabia Saudita ha sido un hito significativo en las relaciones entre ambos países y ha llevado a un llamado conjunto a un alto el fuego en Gaza. Este acercamiento entre dos países que han sido rivales en la región durante mucho tiempo ha sido impulsado por la situación en Gaza y ha llevado a un cambio en las posturas regionales hacia Israel. Sin embargo, el conflicto en Gaza y las tensiones en la región siguen siendo motivo de preocupación, y se espera que se necesite la cooperación de los Estados Unidos y otros actores internacionales para lograr una solución duradera.
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